domingo, 28 de noviembre de 2010

¿Qué culpa tengo yo... ?

De cegarme de placer cuando abro los ojos
y la luz del alba penetra en mis pupilas.

De sentir que el tiempo se detiene
cuando una sonrisa invade tu rostro.

¿Qué culpa tengo yo de mojarme los pies cuando llueve
y de quedarme sin aliento
cada vez que se encienden tus mejillas?

Si estoy perdido en un mundo de sensaciones
y tú despiertas mis doce sentidos.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Fuego camina conmigo

Cuando el fuego te empieza a abrasar, es muy difícil pararlo.

Quema por fuera y por dentro, como si tu cuerpo fuera inflamable.

El calor se hace insoportable, se achicharran tus mejillas, se incineran tus pupilas...

Olvidas el dolor de la llama y te abrazas a ella, quieres más y más, como una droga que se apodera de tu voluntad.

Pero aunque lo quieras coger, se te escapa de entre los dedos. No lo puedes poseer.

¿Es posible detenerlo a tiempo? ¿apagar la llama antes de que te conviertas en su esclavo? ¿antes de que te calcine?

Porque cuando pasa, y vuelve el frío, sólo te quedarán cenizas entre las manos.

Y sólo las cenizas se pueden guardar.

martes, 12 de octubre de 2010

Como si nada

Camino entre vísceras de orgullo ensangrentado que nublan mi mente. Respiro profundo, siento el aroma del cuadro desvanecerse en mis pulmones como una nube de humo gris que carraspea e las profundidades de mi consciencia, infectando mis entrañas mientras desaparece…

Te invito a un paseo junto a mi, para que veas lo que yo veo, para que sientas lo que yo siento, para que llores mis heridas y rías conmigo. No temas, no te daré la mano, podrás correr, huir, como si nunca hubieras estado, como si nunca hubieras conocido aquella senda, como si nunca hubieras sonreído…

sábado, 28 de agosto de 2010

Máscaras de plomo

Las sonrisas empañaron mi huida
y las convertí en pequeñas lágrimas
que decían adiós.

El empujón se está dando en el sentido equivocado,
y no puedo seguir creciendo en esta habitación tan pequeña,
que mengua a cada segundo y donde el oxígeno se acaba.

Deja que vuelva a respirar.

Llévame a un lugar donde el horizonte no exista
y el infinito se toque con la yema de los dedos.

Porque no quiero dejar de crecer,
ni de buscar, ni de reír, ni de llorar.
Porque no quiero cambiar de disfraz.

lunes, 9 de agosto de 2010

Nada

Quise mirarte a los ojos y ver el mar,
pero estaban vacíos
y no vi más que ojos.

Quise explorar el mundo, remover las olas,
abrir en dos el cielo, levantar la tierra
para encontrarte,
pero me olvidé de tu cara,
me olvidé de tu nombre.

Busqué una luz en mi interior
que te iluminara,
una chispa de fuego,
pero no hallé nada.

No encontré
nada.

domingo, 1 de agosto de 2010

Caminos infinitos

Hay caminos infinitos, trazados en el universo por una mano temblorosa que nunca se detiene. Trazos que se unen una y otra vez y otros paralelos que nunca llegarán a encontrarse.

Unos cortos, otros largos; unos rectos, otros llenos de curvas y baches.

Caminos, caminos y caminos. Caminos infinitos de vidas infinitas.

Líneas sin nombre, imaginarias, líneas que quisieron ser borradas, líneas que forman bucles y circunferencias.

Todas las líneas y trazos que forman el camino de una vida. Pero, ¿quién sostiene la pluma?

Cada uno dibuja el suyo a su imagen y semejanza, con los colores que tenga a su alcance.

Hay caminos infinitos, pero sólo hay una meta...

Encontrarse a uno mismo.

lunes, 26 de julio de 2010

Sólo quise...

Tantas sonrisas en tantos años, tantas veces sin saber qué decir, tantos silencios mágicos, tantas miradas, más sonrisas y más misterios. Tantos momentos que se recrean en mi mente como flashes de un segundo y me hacen sentir vivo, imposibles de enumerar, imposibles de explicar.

Sólo quise darle un beso.

Tantas peleas internas en las que yo decía "no", pero alguna voz que salía de algún sitio desconocido para mí, gritaba que sí. Nunca imaginé que ese lugar tuviera tanto poder, ni yo tanta fuerza de contención. Me mordía los labios cuando se acercaba.

Sólo quería darle un beso.

Esa voz de aquél lugar que siempre fue pasajera e indecisa, que se quedaba ronca fácilmente, nunca entenderé cómo me siguió hablando tras tanto tiempo, tras tantos golpes, tras tantos "noes" míos. Se quebraba a cada golpe y su voz poco a poco se quedó marchita, pero seguían siendo sinceras sus palabras.

Sólo quería darle un beso.

Aun así, no quise más. No quise compartir mi cielo, no quise comprarle una eternidad, no quise cerrar los ojos y verla, ni encontrarme a mí mismo en su mirada.

“¿De qué tienes miedo?” le quise preguntar, pero no me atreví.

Sólo quería darle un beso… pero ella me lo negó.

Insuficientes palabras

Lo mejor de escribir es que puedes decir lo que quieras sin interrupciones, alargar tu monólogo hasta que no te queden fuerzas, sincerarte contigo mismo y con el papel en un místico y profundo sentimiento que te hace empatizar contigo mismo. Lo malo de ser escritor, es que corres el riesgo de desnudar tu alma inútilmente.

Llegamos a un punto en que la sinceridad es tan alta que las palabras carecen de significado. Salen vacías de mi boca y, por mucho que las repita, no me calman, se quedan en mi interior, y aunque grite siento que me ahogo en un mar de significados que no pueden escapar de mi estómago, envenenándome por dentro.

miércoles, 7 de julio de 2010

Dejadme solo

Cientos de bocas me decían cómo debía hablar, el momento en que debía reír, cuándo debía dejar de llorar...

Cientos de manos me agarraban de las muñecas impidiéndome actuar con libertad, intentaban controlar mis movimientos, a veces me apretaban la garganta, asfixiándome.

Quise tomar el aire, moverme con libertad, reír y llorar a mi antojo, respirar...

Reuní todas mis fuerzas y me solté de aquellas manos que me sujetaban y me alejé de aquellas voces que me susurraban al oído cómo debía ser.

Me solté, soy libre... pero ahora estoy solo.

lunes, 7 de junio de 2010

Cartografía celeste

Dibujé las mareas con saliva, con el levante y el poniente de mi aliento. Mares de agua dulce cubrían mi cintura y me sumergía aguantando la respiración en las profundidades de tus océanos.

Montañas de fuego, desiertos de piel en llamas; miles de ríos de lava ardiendo acariciaron mis dedos; volcanes que entraban en erupción cuando mis labios recorrían tu vientre, brisas que teñían de rojo tus mejillas y se consumían en silencio tras un suspiro mudo.

Las constelaciones, las de tus lunares; el cielo, el de tu boca; el universo, en tu mirada.

Tu cuerpo era el mapa de un planeta que llenaste de vida con una simple sonrisa.

viernes, 4 de junio de 2010

Nacido para ser libre

Me dijeron que dejara de pensar y empezara a sentir.

Sentir el alma que hay detrás de cada mirada, de cada gesto, de cada palabra... porque realmente esa es su esencia, aunque se intente ocultar con una máscara.

Páginas y páginas de libros con significados incompletos, porque el autor escondió su sinceridad entre líneas.

Vidas y vidas de personas con significados inciertos, donde la verdadera realidad se consume entre las sábanas, mientras se niega, rechaza o esconde.

El ser humano es fascinante, pero nunca llegó a aceptarse como tal, y sólo puede ser libre cuando sueña.

lunes, 24 de mayo de 2010

Bipolaridad adictiva

Hay veces que me ahogo e inhalo sonrisas para volver a respirar y otras que aguanto el oxígeno y cierro los ojos, cuando noto la paz en mis pulmones.

Momentos en los que me siento parte del firmamento, aunque nunca llegue a tocarlo, ni a conocerlo.

Mientras, me tumbo en el camino y disfruto del paisaje, para descansar la mirada de tenerla fija en el horizonte.

Hay noches que no quiero dormir, pues dormido estoy indefenso, y temo soñar con el paraíso y despertar en el infierno.

Hay mañanas en las que ando descalzo con el suelo en llamas, y el fuego de mis pies me incendia las mejillas.

Hay días que me siento insignificante en comparación con el mundo, es entonces cuando me crezco y me vuelvo único.

Siempre quiero volar, pero temo perderme sin un mapa de las nubes, porque cambian constantemente de posición y forma.

En ocasiones puede que necesite gritar, pero no quiero que nadie me oiga. Es por eso por lo que me encantan la abstracción y las contradicciones.

A veces el infinito penetra en mi estómago y es entonces cuando por mucho que me arrope sigo sintiendo frío...

...y cuando realmente me siento vivo.

jueves, 25 de febrero de 2010

Un segundo eterno

Intenté minimizar las formas, representar un universo infinito con una línea curva que acariciara el papel y le hiciera tomar vida; describir todo el placer y el dolor, el miedo y la esperanza, lo fantástico y lo tangible en una sola frase y tatuármela en la piel; sustituir todas las voces, sonidos y silencios de la naturaleza por una melodía de un instrumento mágico, para que hiciera siempre eco en nuestros oídos; pero no lo conseguí.

Luego quise congelar el tiempo, sentir eternamente el infinito acariciando mi piel, apreciar todas las formas y sonidos, esclavizado en un segundo, para siempre.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Siluetas de grafito





Decían que su belleza estaba oculta, que escondía un secreto que pocos eran capaz de vislumbrar, que era tímida ante los ojos extraños, que nunca nadie ha sido capaz de conocerla…

Yo me atreví a mirar,
y me quemé la retina.

Su figura era una droga que modelaba con mis dedos,
mientras fundía a fuego lento sus misterios con mi piel.
En sus ojos se reflejaba el brillo de mi propia mirada.
Decían que se peinaba con mis recuerdos,
y que lloraba cuando yo sufría.

Una vez soñé que descubrí todos sus secretos, pero quise despertar. En cambio, yo a ella le confié todos los míos, mis miedos más profundos, y los encerró entre sus brazos.

Nunca la engañé, porque sólo con ella puedo ser sincero.
Soy fiel a mi musa, porque sólo mi musa es fiel.

lunes, 25 de enero de 2010

Contracorriente

Reaviva mis enigmas,
reproduce en mí sus heridas,
libera a los fantasmas del pasado
y deja que me arrastren a la rutina...

Pero borra estas palabras y deja que el tiempo pase
porque en un futuro esas llagas serán mías,
las marcas de las cadenas en mis muñecas;
porque el tiempo suaviza los golpes que recibo al intentar frenar este bucle,
hasta que mis fuerzas mengüen y me deje llevar por la corriente.

Porque el tiempo no cura las heridas, pero hacen que se te vuelvan a olvidar.

Y nunca para, nunca para.

Tranquilo, esta vez no te dolerá.

domingo, 17 de enero de 2010

Cerca de las vías




Las miradas se cruzan en la estación, y el aire huele a sonrisas e incertidumbre. Los viajeros anónimos esperan al tren que les lleve a su destino.

Yo nunca supe cuál coger, simplemente veía como cientos de personas subían y bajaban de los vagones para luego desaparecer para siempre. Pues decían que, aquellos trenes, nunca regresaban.

Algunos viajaban solos, otros acompañados; unos compraban su billete y otros intentaban colarse burlando al revisor; la mayoría parecía feliz. El aire olía a sonrisas e incertidumbre. Ninguno se percataba de mi existencia. Yo estaba detrás, sentado en cualquier banco, mientras ellos esperaban de pie junto a las vías a que el tren asomara por el horizonte.

Subían unos, bajaban otros. Eran viajeros sin rostro que rápidamente olvidaba.

A veces quise conocerlos, pero únicamente les preocupaban sus relojes y que el tren llegara a la hora prevista, no escuchaban mi voz, ni sentían mi tacto. Sólo pude imaginar sus vidas, sabiendo que siempre serían ajenas a la mía, pues pronto marcharían lejos.

Por la noche estaba solo, no había nadie, ni circulaban trenes. El aire olía a azufre e incertidumbre.

Aquél día se despertó con una luz distinta, o quizás yo con otros ojos, pero esa mañana se movía entre el gentío alguien que andaba distinto, que miraba a otros horizontes.

Se sentó a mi lado. Nuestras miradas se cruzaron un segundo, y el aire olió a sonrisas que refulgían en llamas. No había nadie más en la estación, pero un nuevo tren apareció, parecía vacío, y se quedó inmóvil ante nosotros. Cuando intenté por fin acercarme a ella, se levantó y subió en el último vagón de aquél solitario tren, las puertas se cerraron y comenzó a andar mientras yo observaba cómo desaparecía en el infinito y su traqueteo se disolvía en el cielo gris.

Viaja hasta el fin, hasta donde acaben las vías; siente el paisaje y sueña con un tren que recorre el mundo sin destino. Busca parajes de ensueño, pero recuerda que aún hay alguien que te espera sentado en el andén.

domingo, 3 de enero de 2010

Lienzo blanco, noche oscura

Aún no me conoces, porque todavía no estoy completo.
Sólo soy la semilla, difusa, transparente.

Nací ayer y hoy sigo aprendiendo a respirar, a llenar mis pulmones con el infinito, a alimentar mi carne con estrellas y a saciar mi sed con el cielo que se refleja en el mar.

Necesito espacio para crecer, tiempo que aprovechar; porque todo lo demás, quizás, sea falso.

El suelo que pisamos, las manzanas que tragamos, los labios que callamos, las heridas que bordamos... en algún lugar se burlan de nosotros.

O quizás se mofan de los que piensan que no son reales; porque nunca podrán pisar el suelo, ni bordar sus heridas con los labios cerrados.

A veces el infinito penetra en mi estómago, es entonces cuando el tiempo parece detenerse y por mucho que me arrope, sigo teniendo frío...