lunes, 24 de mayo de 2010

Bipolaridad adictiva

Hay veces que me ahogo e inhalo sonrisas para volver a respirar y otras que aguanto el oxígeno y cierro los ojos, cuando noto la paz en mis pulmones.

Momentos en los que me siento parte del firmamento, aunque nunca llegue a tocarlo, ni a conocerlo.

Mientras, me tumbo en el camino y disfruto del paisaje, para descansar la mirada de tenerla fija en el horizonte.

Hay noches que no quiero dormir, pues dormido estoy indefenso, y temo soñar con el paraíso y despertar en el infierno.

Hay mañanas en las que ando descalzo con el suelo en llamas, y el fuego de mis pies me incendia las mejillas.

Hay días que me siento insignificante en comparación con el mundo, es entonces cuando me crezco y me vuelvo único.

Siempre quiero volar, pero temo perderme sin un mapa de las nubes, porque cambian constantemente de posición y forma.

En ocasiones puede que necesite gritar, pero no quiero que nadie me oiga. Es por eso por lo que me encantan la abstracción y las contradicciones.

A veces el infinito penetra en mi estómago y es entonces cuando por mucho que me arrope sigo sintiendo frío...

...y cuando realmente me siento vivo.