miércoles, 22 de julio de 2009

Luces artificiales y sombras

Sólo buscaba una luna enterrada en el asfalto, pues ha anochecido y no sé dónde estoy, ni hacia dónde ir. Un mundo lóbrego en el que vive solitario un niño asustado.

Volver a sentir las uñas despegarse de la piel y la sangre caliente y viscosa en mis manos para encontrar una luz.

Ella no guiará mis pasos, ella nunca será mi meta, sólo le pido que ilumine parte del camino que anduve ciego tantas veces, y que me deje ver quién soy y hacia dónde van mis pies.

Nunca quise tomar sólo una senda y caminé en todas las direcciones con los ojos cerrados, mientras una suave brisa me empujaba a avanzar. Ahora son vientos huracanados los que me obligan a correr, a elegir una senda, a terminar mi camino.

Hoy la luna se ha escondido y no sé dónde buscarla, pero cuanto más me acerco a ella, más sombras dejo tras de mí.

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