miércoles, 7 de julio de 2010

Dejadme solo

Cientos de bocas me decían cómo debía hablar, el momento en que debía reír, cuándo debía dejar de llorar...

Cientos de manos me agarraban de las muñecas impidiéndome actuar con libertad, intentaban controlar mis movimientos, a veces me apretaban la garganta, asfixiándome.

Quise tomar el aire, moverme con libertad, reír y llorar a mi antojo, respirar...

Reuní todas mis fuerzas y me solté de aquellas manos que me sujetaban y me alejé de aquellas voces que me susurraban al oído cómo debía ser.

Me solté, soy libre... pero ahora estoy solo.

3 comentarios:

  1. Recuerda que la libertad tiene un precio, y este es uno de ellos.
    No estás solo, como tú hay mucha gente, rechazados por algo que una vez decidieron. Son como personas a las que un virus les ha infectado de algo que los demás evitan, ser ellos mismos, no dejarse llevar y existir a su manera. Eso es lo que ocurre, posees un virus para el que no hay cura, el de la libertad. Su precio, la soledad hasta que topas con un igual, te sientes vacío y no es verdad, demasiadas emociones para un sólo díia teniéndolas que ordenar poco a poco.
    Se libre, evita volver a cambiar hacia lo que no deseas y serás feliz, aunque eso sólo es un tópico.

    Recuerdos, silderia.

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  2. Gracias por el comentario, llevas razón, todo tiene un precio, es eso lo que quería decir.

    Has captado perfectamente lo que quería decir. Eso es buena señal. :P

    Me alegro de volver a leerte. ^^

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  3. Siempre te leo, lo malo es que no tengo tiempo para comentar a penas.

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